Lluvia en el alma
El lunes 21 de marzo asistí, junto a mis compañeros y
profesores de #INVTICUA22, a la IX Trobada de Teatre Jove.
Si el día, climatológicamente hablando, comenzó lluvioso,
acabé con “lluvia en el alma”. Y es que el grupo de teatro del IES Las Fuentes consiguió conmoverme con su obra Escúchame, la cual abordaba
la problemática del acoso escolar. Los adolescentes
encarnaron los diferentes roles implicados en las dinámicas de violencia verbal y física en la escuela. Sobre las tablas estaba la víctima y la madre sufriente, un profesor/director catapultado por la burocracia y sin
tiempo ni empatía para abstraerse de los números y atender a las personas;
también el grupo de agresoras, compuesto por tres chicas (entre ellas “la
verdadera víctima”, una chica débil y de baja autoestima que se unía a las “malotas” para sentirse parte del grupo y no ser, en
cambio, el “blanco fácil”).
La puesta en escena me pareció espectacular (superando toda expectativa). En el escenario, una araña gigante funcionaba de metáfora del miedo (un miedo que también era océano, lluvia, muñecas rotas, etc.). Me impactó la sensibilidad artística y literaria de estos adolescentes; con su cuerpo, mediante el movimiento escénico y la danza contemporánea, y con su voz, mediante los monólogos, diálogos y las canciones interpretadas, supieron transmitir la experiencia interior, esto es el estado psicológico y emocional, de una víctima de acoso escolar y de su entorno más cercano (en este caso, su madre). Además, acabaron con un hilo de esperanza, encarnada en esos payasos capaces de quitar la máscara a todos aquellos que sufren y, por ende, hacen sufrir, y sacando a la luz la cara de alcachofa de todos ellos. Consiguieron hacernos pasar de la conmoción a la risa y comprender así las profundidades de todas aquellas personas implicadas en situaciones de este tipo.
Por todo lo mencionado, el listón quedó altísimo (el resto de institutos exhibidores lo tenían difícil).
Ese día también ofreció una pequeña muestra el Colegio Agustinos, que optó por la comedia. En su obra Supercov trataban un tema de actualidad: el
coronavirus. Si bien este puede dar juego, debieron haberle dado una vuelta al guion. Este me pareció excesivamente estereotipado y con
roles de género muy marcados. No entendí cómo siendo prácticamente todos los actores
mujeres el superhéroe, los atracadores y el científico fueron, necesariamente,
hombres; en cambio, el único papel femenino fue una cajera de supermercado, cuya
principal característica era la belleza (era el “objeto/trofeo” de sus compañeros de trabajo). En mi opinión, es necesario revisar estos roles, pues no está de más que las adolescentes tengan a mujeres científicas como referencia y no piensen, en cambio, que esta es una profesión de hombres viejos y locos como se nos ha hecho creer.
Muy buena reflexión. Pero los talleres fueron incluso mejores :)
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